Opinión

RIP EL INE

OPTIMUS

Por: Jorge A. Pérez González

www.optimusinformativo.com

Domingo 9 de enero 2022

La credibilidad y la confianza eran los principales valores con las que contaba el INE, y digo eran, porque en este país nadie cree a pie juntillas nada, y además nadie confía plenamente en nada, pero desde el surgimiento de este esfuerzo democrático ciudadanizado, parecía que por fin se podría confiar en algo.

El daño es irreversible y los efectos se habrán de sentir en el próximo proceso electoral, cuando se vuelva a convocar a la población para poder efectuar la jornada y se encuentren con una pobre y escasa intención de colaborar.

Independientemente de quien obtenga el triunfo, con la simple revisión de las actas o con el lento proceso de recontar voto por voto, opciones previstas en el reglamento, la sociedad no se va tragar el cuento de quien ganó las elecciones.

Va resultar sumamente difícil poder gobernar con tantos escépticos y suspicaces, que pondrán en tela de duda todas las iniciativas enviadas, por la simple y sencilla razón de que el emisor estará descalificado de antemano, producto de una serie de prácticas erróneas.

Gane quien gane, será cuestionado severamente por la opinión pública, por la simple y sencilla razón, de que, a cualquiera de ellos, la sombra de la duda lo acompañará de manera permanente, aunque esa sombra no corresponda a su físico, sino a la de un enorme monstruo que se llama expoliación.

Y con una imagen así, deberá ser muy difícil poder mantener la gobernabilidad, independientemente de la conformación de los Congresos, pues es fácilmente predecible lo que pasará en el futuro, los triunfos podrán

cederse mediante el artilugio de la magia del interés personal, por encima del partidista.

A veces los matrimonios son sumamente necesarios, independientemente de quien embarace a quien, tal vez por ello ya no viajan solos al proceso electoral, prefieren in mal acompañados para poder tener justificación en caso de tener que abandonar el barco.

Para poder gobernar bien, es necesaria que la percepción sea tomada en cuenta. No basta con hacer las cosas bien. Si la sociedad percibe alguna irregularidad, aunque sea el mejor esfuerzo para sostener la economía, la descalificación será absoluta y contundente.

Y en el caso particular del INE, el 35% de la sociedad no creerá en el resultado final. Están tan polarizados los ánimos, que no hay escenario posible donde se pueda rescatar la credibilidad en una institución que intentó ser un órgano ciudadano de buena fe.

Los errores históricos del INE antes IFE han sido: la notoria dependencia del gobierno federal, la falta de cuidado en el manejo de los elementos cibernéticos, la falta de argumentos congruentes para disipar las dudas y la clara tendencia de las respuestas, ellos ya no son Jueces ahora son Parte.

En este país, nadie cree que el gobierno no tuvo nada que ver en los sucesos de Tlatelolco en 1968, como tampoco creen en la “Caída del Sistema” en 1988, tampoco cree en la teoría del asesino solitario de Lomas Taurinas, mucho menos en la confusión que privó de la vida al Cardenal Posadas Ocampo igual que nadie se traga el cuento de que fueron los carteles los que asesinaron en Tamaulipas a Rodolfo Torre Cantú.

La responsabilidad del INE en los procesos electorales de los estados en este 2022, es absoluta, los circos que montaron los partidos en los meses anteriores para definir sus candidaturas deben de ser revisados acuciosamente por el Instituto, primero para definir si lo que hicieron estuvo apegado a los estatutos de cada partido, segundo para avalar que no se hayan cometido delitos electorales anticipados.

Rehuir esa responsabilidad acarreará un mayor desprestigio, dejar pasar sin revisión los procesos internos solo acarreará una merma considerable en la participación ciudadana en el próximo proceso.

Las inconformidades son muchas y de todos lados, de todos los colores, la ciudadanización del Instituto Nacional Electoral debe de ser revisada para evitar que unos sí y otros no, estén bajo escrutinio, esa estrategia ya se aplicó en el tema de seguridad anteriormente y el resultado fue nefasto.

La prueba no es el ejercicio de la Revocación del Mandato, sino las elecciones estatales del 2022, si no lo hacen bien, tal veamos pronto la esquela en los diarios con el mensaje claro y contundente: RIP EL INE.

Jorge Alberto Pérez González

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